Objetivo: Conseguir una combinación espacio – objetual creíble.
CUALIDADES:
- Composición: viene marcada por el envoltorio, pero no es necesario mantenerla.
- Formato: No llegará a 30 cm.
- Color: negro/rosa.
- Peso: menos de 100 gr.
- Valor: escaso, mínimo, cero, ninguno
- Material: plástico.
MODOS DE INTERVENCIÓN EN EL ESPACIO:
A tener en cuenta la ubicación, la vecindad, la ambientación, las reacciones y comportamiento del público.
- UBICACIÓN: mi propuesta es colocar la instalación en un lugar donde quienes lo visitan van a realizar algo concreto. Por ejemplo: el mercado.
• MERCADO: uno de los objetivos que propongo es la descontextualización de nuestro objeto, por ello, ubicarlo en el mercado, donde va un público diverso y a realizar una labor concreta. Para hacerlos llegar a nuestra instalación podríamos poner en práctica esas tácticas comerciales de las que tanto nos hablan, y de las que todos hemos participado alguna vez, y que tanto insisten tiene que ver con la museografía.
• AMBIENTACIÓN: apuesto por el camuflaje como enfoque del discurso. Primero porque cuando pensamos en soldados, boinas, etc lo primero que se nos viene a la cabeza es el camuflaje, como una de sus señas de identidad. También creo que puede funcionar porque podemos incluso crear confusión en nuestros compañeros cuando expongamos nuestra intervención, ya que en un primer momento pueden llegar a pensar que no hemos utilizado al Boina, pero en realidad si está; ellos serían las últimas víctimas de nuestro engaño. Pero además apuesto por trabajar con esta idea porque puede enfocarse de múltiples formas:
- Como estrategia
- Como síntoma social.
- Como método femenino.
Trabajar nuestra ambientación, de la manera que decidamos, a partir del camuflaje puede llevarnos a configurar distintos enfoques de trabajo para quedarnos con el que nos encontremos más cómodas; estos son algunos:
• la conformación de la identidad y la subjetividad.
• El reconocimiento del engaño (es una de mis favoritas)
• El simulacro.
• El disfraz.
• La construcción de lo real.
• O simplemente como signo distintivo de las sociedades contemporáneas.
Se le pueda dar muchas lecturas, de ahí que interprete que es una buena opción para encaminarnos hacia algo, ya que puede satisfacer distintas ideas.
Creo que si trabajamos con la idea del camuflaje, de la manera que sea (camuflando al boina y todo su ajuar; camuflándonos nosotras con él, etc, ya se verá entre todas), si trabajamos en esta línea no es necesario centrarse en un discurso social, porque el camuflaje y todo lo que conlleva es un tema muy rico, y bastante jugoso en sintonía con la sociedad contemporánea. Podemos permitirnos decir, más bien, insinuar muchas cosas pero sin llegar a decir nada. Finalmente esto hace que nuestro objeto tome protagonismo por si mismo, y quien quiera entrar en el juego lo hará y quien no, pues no. En realidad todo lo contemporáneo se mueve en esa línea, no? Es un juego. Si nos metemos en temas sociales la cosa se complica, y si a estas alturas los medios de comunicación no han removido conciencias, no creo que yo tenga que cargar con esa responsabilidad, y tampoco creo que lo consiga.
De hecho, como lo que nos piden es que nos centremos en el objeto y en el espacio, pienso que no deberíamos centrarnos en un tema, si no más bien en una composición, en el juego, en conseguir suscitar la curiosidad, y si es posible el engaño. Si después alguien quiere reflexionar sobre el discurso (me refiero a los espectadores), eso es cosa suya, nosotras seremos quienes implantemos la semilla de la curiosidad, que no es poco. Como lo que nos piden en el ejercicio es que valoremos el potencial de nuestro objeto deberíamos estudiar bien el material: EL PLÁSTICO. Es una material que tarda años en destruirse… por favor, nada más que eso ya nos da para mil discursos expositivos. De hecho, si decidimos utilizar la idea del camuflaje, la intervención en el espacio puede ser creada a partir del plástico, es decir: de todo lo que tiramos a nuestro cubo de reciclaje de envases. Así que el esfuerzo de recopilar el material sería mínimo.
Como nos hacen pensar en el potencial del objeto, para mi sería el material, y no tanto la figura del Boina Rosa, ya que creo que en realidad se trata de un anzuelo, es decir: quieren ver si somos capaces de desvincular la primera idea que se nos viene a la cabeza cuando vemos un soldado (injusticia, guerra, hambre, etc) para ir a otro lugar: el espacio compositivo.
Lo ideal es ir de algo concreto (la instalación de nuestro amigo camuflado) a lo general (el engaño, lo oculto, incluso la evidencia de lo visible, etc).
jueves, 29 de octubre de 2009
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Yo también apuesto por el camuflaje como enfoque del discurso, me parece una buena idea.
ResponderEliminarENHORABUENA POR LA REFLEXION: A MI ME GUSTA
Para mí es interesante también el material del Boina Rosa: el plástico, que además ahora está surgiendo cierta polémica con el cambio de bolsas en los comercios, es actualidad y ahí está el mercado de la encarnación, un buen marco para nuestro proyecto, por cierto que suelo ir a comprar allí. En la fachada tiene un cartel de provisional de hace más de 30 años... Seguro que habrá mucha gente, por lo tanto el público está asegurado, lo que tendremos es que centrar su atención en nuestra propuesta. La idea del camuflaje la veo interesante, mañana podemos hacer una lluvia de ideas para concretar como desarrollarla. En principio caben en ella bastantes temas y nuestro reto es salirnos de lo convencional y dejarlo abierto a la reflexión personal.
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